Impresiones de Montserrat Claros, autora de "La biblioteca del capitán"

(Vía mail)
 
Hace unas horas que terminé de leer tu novela y tengo un regusto a despedida un poco extraño. Como me he pasado los días en compañía del James Edgar Larrabeitia, ahora que ha acabado la historia, siento un cierto "vacío"...

Voy a obviar el hecho del extraordinario uso de documentación que manejas, porque es evidente que tu conocimiento del la IIGM es impresionante. Pero déjame que te diga que, como lectora, me han conmovido episodios que yo creo que le dan carácter único a la novela. Me refiero al mundo interior de Larrabeitia. Tengo la sensación de que he estado hablando con un amigo sobre sus problemas familiares en unos casos o sobre sus amores de juventud o los de Aolani en otros. O sobre episodios de su vida pasada que le torturaban como fue [spoiler]. No puedo quitármelo de la cabeza.

Ni tampoco el sueño de los [spoiler] o el asunto del [spoiler]...Simplemente, escalofriante. Te felicito.

En cuanto al aspecto bélico de la novela, la vida en el Narhval y la relación con sus compañeros, el desembarco de Leyte o el asunto de los kamikazes y la muerte de su amigo [spoiler], resultan relatos emocionantes porque están muy bien narrados. Ya te digo, he tenido la sensación de estar todo el tiempo hablando con un amigo que me caía bien.

Pero, me gustaría resaltar el capítulo escrito por Larrabeitia a partir de 1977, sobre todo lo que le ocurrió y vivió en Manila para ir en busca del [spoiler]....Es sencillamente, brillante. Permíteme la broma, pero como dicen por aquí en el Sur: Jofú, jofú , jofú....que es sinónimo de "madre mía de mi vida, qué horror".

En fin, Javier. Has escrito una buenísima novela. Enhorabuena por ello, también.

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