La IV Columna

No es que me sepa todos los capítulos ni los nombres de hasta el último extra que figure como “tío que muere nada más aparecer” o algo así, pero siempre he sido muy fan de la serie de televisión “V”.

Tranquilos, que no soy un nostálgico de los ’80. Ya me conocéis.

Esta creación de Kenneth Johnson siempre ha estado presente en mi vida, desde que tengo recuerdos. ¿Cómo olvidarse de ese primer impacto, de las pegatinas de Tele Indiscreta, de las reposiciones veraniegas, de la mala malísima Diana y la no menos pérfida Lydia, de las ratas a modo de tentempié, del niño lagarto, de la idiota de Robyn y del no menos imbécil de Daniel, del pelo-chuletas de Kyle Bates, del retorcido de Ham Tyler…?

¡Buf! Muchos recuerdos.

Y desde hace años me rondaba la idea de hacer algo en plan tira cómica. Dado que había un grupo de visitantes opositores a los planes del Gran Líder, autodenominado Quinta Columna, pues pensaba en una Cuarta Columna, que englobaba al resto, a los que eran fieles al lagarto jefe.

El primer conato serio fue tratando de imitar la obra «Sturmtrupen», de Bonvi, pero no me sentía cómodo, y quedó todo en un cajón, al que le echaba una mirada de vez en cuando. Pero la revelación fue cuando encontré la obra «Das Kampf», de Vaughn Bodē (conocido sobre todo por Cheech Wizard), el considerado como el primer cómic underground de la Historia. Al igual que Bonvi, Bodē tomó a soldados alemanes y, a través de escenas cotidianas, hacía chistes, pero a ritmo de una viñeta y una frase que siempre comienza con “War is…”.

Bodē me iluminó el sendero: hacer viñetas únicas, con un chiste. Encajaba a la perfección con los lagartos de la IV Columna. Encajaba con lo que buscaba y con lo que me siento cómodo. Así que me puse manos a la obra, aunque a fecha presente tan solo llevo dos chistes y un tercero medio abocetado. Y, por ahora, esto es lo que hay, esperando ser capaz de seguir dibujando y que os divierta la ocurrencia.