Podrían pasar desapercibidos, pero hay algo en ellos que llama la atención y que cuesta identificar. Se ven lepantos, anclas, azul en invierno y blanco en verano… Sin embargo, persiste ese
algo y para dar con él
debemos fijarnos en los detalles. Lo más fácil es cuando nos cruzamos con un suboficial (no hay manera de dar con un oficial, porque no los hay): la gorra de plato es la reglamentaria de la Armada, pero hay un ancla cruzada por una espada. Y, si ya nos cruzamos con alguien con uniforme de trabajo y boina, el emblema ya... ¡Qué diantres! ¿Qué tenemos delante de nuestras narices? Pues a hombres y mujeres de la
Compañía de Mar, la unidad en activo más antigua del Ejército de Tierra; incluso más que la Infantería de Marina, que data de 1537.
El origen de estas Compañías se remonta a 1497, cuando la fuerza expedicionaria del duque de Medina Sidonia, al mando de Pedro de Estopiñán, desembarcó el 17 de septiembre en Melilla para tomarla y ocuparla. El 13 de abril de 1498, los Reyes Católicos sancionaron el Asiento de la guarnición militar de la plaza: una fuerza denominada Los Cuarenta hombres de Mar que se nutriría con residentes de Melilla, penados y desterrados con conocimientos en marinería.
Igualmente, Ceuta acabaría teniendo su propia unidad, constituida en 1548 por orden del rey Juan III de Portugal (pincha aquí para seguir leyendo).
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